Poeta, novelista, ensayista, crítico y libretista, Renaud Longchamps nació y ha vivido en Saint-Éphrem-de-Beauce. Desde hace cuarenta años ha publicado numerosos poemarios, entre los que pueden mencionarse: Le Désir de la production, Miguasha, L'Échelle des êtres, las trilogías de Décimations (1. La fin des mammifères; 2. L'Humanité véloce; 3. Ataraxie) y de Communions (1. Fiches anthropologiques de Caïn; 2. Silences et quelques éclats; 3. Pays). Además, ha colaborado en diversas revistas literarias internacionales y algunos de sus poemas se ahn traducido a varios idiomas. Recibió el Prix Émile-Nelligan (1988) por Légendes suivi de Sommation sur l'histoire, así como el Grand Prix du Festival international de la poésie (1992) por Décimations: La Fin des mammifères. Éditions Trois-Pistoles publicó sus obras completas en nueve volúmenes.
Positivos
Traducción de Silvia Pratt
EL ÚLTIMO VIENTO
El último viento
en la hoja primera
no es tu respiración
sobre mi cuerpo soberano
Esta afrenta
nos convoca a la hora
y a la terrible realidad
del alba
Jamás recuerda
mi cuerpo
en la noche intemperante
cuando la sombra busca su destello
A diario él te suplica
trazar la ecuación y la belleza
sobre la arena que nada atesora
ni siquiera la eternidad
No posee honor
mi cuerpo
porque le es imposible compartir
al mismo tiempo
la libertad y la ley
Esto es
lo que existe
Esto es lo que justifica nuestra soledad
Somos dos
sin estar solos
Compartiendo la sed
antes de la tormenta
Tenemos hambre
y el amor como rehén
Tenemos las ansias imperiosas
de un corazón que arde en un cuerpo ardiente
Y nuestros frágiles cuerpos van
al sitio donde no hay salida
solamente la llegada luego de la derrota
Y recomienzas a ser tú sola
por las circunstancias
Ahora que llevas a mi hijo
en el ojo efímero
Una vez juntos nos fundiremos de nuevo
antes de la nada
que se suma al silencio
a pesar del rumor
Conocemos la otra vida
en los ciclos imprevisibles
lejos del caos de los humores
Balbuceas en mi oído
que el sentido no es la realidad
sino un potencial de realidad
por cumplir
en la prisión del espacio
y en la celda del tiempo
Desapareceré
discretamente
cuando tome al fin tu corazón
volando
entre sus pulsaciones
Apareceré
cautivado
en tu sonrisa y en el hijo decaido
Disfrutaré juegos anónimos en tus senos de sal
Pronto
en el cielo siempre profano
habrá un bejuco en el infinito
entre todas las palabras que se intercambian
y se musitan en la sombra
para que la luz interpele
a las tinieblas
Toda la vida se consume así
en vías de una libertad
provisional
que falta por liberar de la confusión terrena
en cada instante que disipa el azar