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Renaud Longchamps

Photographié par Stéphanie Gilbert.

Poeta, novelista, ensayista, crítico y libretista, Renaud Longchamps nació y ha vivido en Saint-Éphrem-de-Beauce. Desde hace cuarenta años ha publicado numerosos poemarios, entre los que pueden mencionarse: Le Désir de la production, Miguasha, L'Échelle des êtres, las trilogías de Décimations (1. La fin des mammifères; 2. L'Humanité véloce; 3. Ataraxie) y de Communions (1. Fiches anthropologiques de Caïn; 2. Silences et quelques éclats; 3. Pays). Además, ha colaborado en diversas revistas literarias internacionales y algunos de sus poemas se ahn traducido a varios idiomas. Recibió el Prix Émile-Nelligan (1988) por Légendes suivi de Sommation sur l'histoire, así como el Grand Prix du Festival international de la poésie (1992) por Décimations: La Fin des mammifères. Éditions Trois-Pistoles publicó sus obras completas en nueve volúmenes.

Positivos

 

Traducción de Silvia Pratt

 

EL ÚLTIMO VIENTO

 

El último viento

en la hoja primera

no es tu respiración

sobre mi cuerpo soberano

 

Esta afrenta

nos convoca a la hora

y a la terrible realidad

del alba

 

Jamás recuerda

mi cuerpo

en la noche intemperante

cuando la sombra busca su destello

 

A diario él te suplica

trazar la ecuación y la belleza

sobre la arena que nada atesora

ni siquiera la eternidad

 

No posee honor

mi cuerpo

porque le es imposible compartir

al mismo tiempo

la libertad y la ley

 

Esto es

lo que existe

 

Esto es lo que justifica nuestra soledad

 

Somos dos

sin estar solos

 

Compartiendo la sed

antes de la tormenta

 

Tenemos hambre

y el amor como rehén

 

Tenemos las ansias imperiosas

de un corazón que arde en un cuerpo ardiente

 

Y nuestros frágiles cuerpos van

al sitio donde no hay salida

solamente la llegada luego de la derrota

 

Y recomienzas a ser tú sola

por las circunstancias

 

Ahora que llevas a mi hijo

en el ojo efímero

 

Una vez juntos nos fundiremos de nuevo

antes de la nada

que se suma al silencio

a pesar del rumor

 

Conocemos la otra vida

en los ciclos imprevisibles

lejos del caos de los humores

 

Balbuceas en mi oído

que el sentido no es la realidad

sino un potencial de realidad

por cumplir

en la prisión del espacio

y en la celda del tiempo

 

Desapareceré

discretamente

cuando tome al fin tu corazón

volando

entre sus pulsaciones

 

Apareceré

cautivado

en tu sonrisa y en el hijo decaido

 

Disfrutaré juegos anónimos en tus senos de sal

 

Pronto

en el cielo siempre profano

habrá un bejuco en el infinito

entre todas las palabras que se intercambian

y se musitan en la sombra

para que la luz interpele

a las tinieblas

 

Toda la vida se consume así

en vías de una libertad

provisional

que falta por liberar de la confusión terrena

en cada instante que disipa el azar